miércoles, 5 de octubre de 2011

Violencia de Género. Un mal que va a más.



La definición más acertada de violencia de género es la propuesta por la ONU en 1995: “todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real daño físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada”. Es una muestra obvia de desigualdad y de autoridad del hombre sobre la mujer.
Orígenes:
La violencia contra la mujer está ligada a la consideración de la mujer que se desprende de la familia patriarcal. La humanidad en sus orígenes pudo estar constituida por comunidades matriarcales, así lo expuso Lewis Henry Morgan, considerado uno de los fundadores de la antropología moderna, en su libro La sociedad primitiva en 1877. «La abolición del derecho materno fue [pudo ser] la gran derrota del sexo femenino» Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras siglos de esfuerzos de la mujer por emanciparse; en sus orígenes, convirtió a la mujer en objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella, pudiendo decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a la función reproductora y labores domesticas.
En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una justificación moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo».
Otra consecuencia del patriarcado ha sido la exclusión histórica de la mujer de la sociedad; estando excluida de todos sus ámbitos: el cultural, el artístico, el político, el económico… Siendo ésta otra forma de violencia ejercida contra la mujer.
No es hasta la revolución industrial en occidente, cuando se permite a la mujer participar en la vida social, que verdaderamente comienza una trayectoria de emancipación. No obstante, los usos y abusos cometidos contra las mujeres durante siglos, se ha demostrado difíciles de erradicar.
Problema mundial.
El infanticidio femenino es habitual en determinadas culturas. «En la India la proporción entre hombres y mujeres es la más desigual del mundo». En Pakistán y Bangladesh existen parecidos desequilibrios y en regiones de China el infanticidio femenino está generalizado. Una percepción de la mujer devaluada, costumbres discriminatorias, considerar la educación de las niñas como una carga y los deseos del padre de perpetuar el apellido mediante un varón serían las causas de estos infanticidios. «En algunas zonas de Pakistán –y también en el vecino Afganistán- el nacimiento de una niña va acompañado de ritos de duelo» En China, la imposición del «hijo único» en 1978, en un país con una marcada y ancestral preferencia por la descendencia masculina, multiplicó este tipo de infanticidios. En la actualidad, la posibilidad de detectar el sexo durante el embarazo ha venido a agravar el problema con abortos selectivos.
En tiempos de guerra las mujeres se convierten en objetivo para castiga a la comunidad enemiga. Las guerras en Bosnia y Ruanda pusieron de manifiesto la realidad de las violaciones sistemáticas en tiempos de guerra, en el presente y en la historia.
En el cuerpo de la mujer se escenifica el odio hacia el enemigo y las ansias de su destrucción: la violación puede ser pública, en presencia de sus familiares; a padres y familiares se les fuerza a su vez a violar a sus hijas y seres queridos. Mujeres, niñas y niños serían las víctimas escogidas. Todo en un intento de anularles como personas y de perpetuar la victoria sobre la comunidad sojuzgada cargando a sus mujeres con los hijos de sus enemigos.
En la actualidad
Es difícil conocer con exactitud la incidencia de la violencia doméstica, ya que frecuentemente las personas no la denuncian. No existe una víctima típica. Ocurre entre personas de todas las edades. Afecta todos los niveles de ingresos y de educación.
Lenore Walker definió el Ciclo de la violencia a partir de su trabajo con mujeres, y actualmente es el modelo más utilizado por las/los profesionales.
-El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la Tensión, en la que la víctima percibe claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.
-La segunda fase supone el Estallido de la Tensión, en la que la violencia finalmente explota, dando lugar a la agresión.
-En la tercera fase, denominada de “Luna de Miel” o Arrepentimiento, el agresor pide disculpas a la víctima, le hace regalos y trata de mostrar su arrepentimiento. Esta fase va reduciéndose con el tiempo, siendo cada vez más breve y llegando a desaparecer. Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue la expresión de arrepentimiento que mantiene la ilusión del cambio, puede ayudar a explicar la continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma.
Este ciclo pretende explicar la situación en la que se da violencia física, ya que la violencia psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.
Los hombres tradicionalmente ofrecen protección de la mujer a cambio de sumisión, pero de quienes debe protegerlas es de ellos mismos, ya que ellos son sus victimarios.
No obstante estos hombres que maltratan habitualmente a sus mujeres no suelen enfrentarse a individuos de igual condición física con la que pueda tener un enfrentamiento justo.
En las sociedades matriarcales sin embargo los casos de violencia domestica son reducidos debido a que la mujer se encuentra en posición de poder, pero lamentablemente a través de los tiempos se ha ido extinguiendo hasta que ya solo quedan unas cuantas en el mundo.
Una de las maneras de terminar con la violencia de género es evitar que se sigan dando los mismos estereotipos en la manera de ver la relación entre hombres y mujeres. Inculcarles desde la infancia a los niños y niñas el respeto reciproco al sexo opuesto, con el ejemplo que da la familia, con la base de que todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones.
Algunas pautas a seguir podrían ser las siguientes:
 Debemos aprender a no implicarnos en relaciones que no nos muestren seguridad desde el principio. No permitir que nuestro sentido común se nuble debido a un enajenamiento transitorio, en el que no distingamos una mentira, una manipulación o un ataque.
 No confiar en promesas o aproximaciones que están fuera de lugar y de tiempo. Debemos confiar en nuestra intuición de que esa persona posiblemente engaña debido a que nos hace sentir incomodas y que no acaba de darse esa química necesaria en la relación.
 No debemos aceptar nunca menos de lo que nosotros queremos para nosotras mismas, ya que no es negociable nuestra felicidad, confiando siempre en nuestros valores y nuestro estatus como mujer.
 Debemos buscar nuestro príncipe azul, ya que este es el que representa todos los valores adecuados para la mujer. Es nuestro punto de vista de lo que es una relación con buenas bases y con un futuro respetable.
 Evita las relaciones en la que predominen comentarios sexistas, en la que no se respeten los que roles de la mujer en la sociedad; escuchar como habla de relaciones anteriores también te dará una pista de cómo piensa de las mujeres que han formado parte de su vida.

Toda la prevención existente, sin embargo, va dirigida a acciones de parte de la mujer; no hay ningún tratamiento que se le aplique al agresor más que una orden de alejamiento, pero las leyes hasta ahora han demostrado fallar.